Convierte el ahorro en un hábito a través de tres ejercicios muy sencillos. Con este plan, probado y con garantía de éxito, seguirás aprendiendo buenas prácticas financieras; en este caso, basadas en la generación de ahorro constante.
Esto es lo que te vamos a contar
¿Has oído alguna vez eso de “las gallinas que entran por las que salen”? Se suele usar cuando algo entra por un sitio, y se va por el otro, y generalmente el número que sale suele ser igual o muy similar al que entra.
Einstein, que muy normal no era, decía lo mismo pero a su manera: “la energía no se crea ni se destruye, sólo se transforma”.
Pensarás que si nos hemos vuelto locos, que qué hacemos hablando de gallinas, o de físicos, si tú lo que de verdad necesitas es ayuda para ahorrar.
Pues te lo contamos.
Cambia “gallinas” por tu dinero. Y, si estás leyendo esto, es porque sientes que a final de mes, siempre te queda lo mismo que al empezarlo. Entre nada y muy poco. Es decir, las gallinas que han entrado, por las que han salido. ¡Y tu gallinero haciendo eco de lo vacío que está!
Si tomamos la reflexión de Einstein, y entendemos el dinero como una energía que no se crea ni se destruye, sino que se transforma o cambia de manos, la pregunta es: ¿en qué se ha transformado mi dinero? O mejor aún: ¿en manos de quién está mi dinero y por qué no está en las mías?
Vamos a ver los 3 pasos imprescindibles para asegurar que salgan menos gallinas de las que entran, o de que acabes el mes… ¡con energía!
PASO 1: Define tu objetivo para ahorrar
El primer paso de todo cambio o creación de un hábito, es tener un objetivo.
Por eso fracasamos en cosas tan sencillas como ir al gimnasio, hacer deporte, comer sano o leer más. Porque solemos olvidarnos del objetivo o el para qué de lo que hacemos. Y cuando ponemos objetivos suelen tener algún fallo.
El objetivo perfecto debe ser SMART. Eso significa Inteligente. Entendiendo las siglas te va a quedar más claro:
Objetivos SMART
- S-specific: ESPECÍFICO. Un objetivo debe ser muy claro, entendible, explicable
- M-measurable: MEDIBLE. Tienes que poder medir si se cumple o no
- A-achievable: ALCANZABLE. El objetivo tiene que ser posible de cumplir
- R-realistic: REALISTA. Hay que retarse con los objetivos, pero tienen que ser realistas
- T-on time: TIEMPO. Deben tener un plazo previsto.
¿Cómo te quedas?
Pues no te preocupes, ¡es más fácil de lo que parece! Vamos con un ejemplo. Empezamos con un objetivo inicial. El que sea. Y después vamos a intentar convertirlo en SMART con las preguntas que encontrarás a continuación:
Mi objetivo inicial: ahorrar dinero
- Específico: ¿Para qué persigues este objetivo? ¿Cuál es el propósito? ¿Detalles?
- Medible: ¿Cómo lo mides? ¿Cuánto necesitas hacer/conseguir? ¿Con qué frecuencia?
- Alcanzable: ¿Lo puedes conseguir?
- Realista: ¿Es creíble lo que propones?
- Tiempo: ¿Cuándo lo vas a conseguir?
Por favor, dedícale a las preguntas todo el tiempo que merecen. Es clave responderlas para que el ejercicio tenga sentido.
- Específico: Ahorrar dinero para irme de MERECIDAS vacaciones
- Medible: Necesito un total de 2000€
- Alcanzable: Si es alcanzable (si sigues con frecuencia este blog 😉 )
- Realista: Necesito 2000€, en 20 meses, supone conseguir 100€/mes. ¡Parece realista!
- Tiempo: Debo cumplirlo antes de 20 meses
Una vez respondidas las preguntas; vamos a ordenar el resultado.
Mi objetivo final: ahorrar 100€/mes durante 20 meses para conseguir los 2000€ que necesito para mis MERECIDAS vacaciones
¿Qué te parece? ¿Te atreves a hacer el mismo ejercicio?
PASO 2: Elabora tu presupuesto
Ahora que tienes claro cuál es tu objetivo de ahorro mensual, y tienes un buen propósito para conseguirlo, vamos a ver de dónde lo sacamos.
En primer lugar, es el momento de echar un vistazo a tus “gallinas” o a tus cuentas y elaborar un presupuesto para el mes. Este ejercicio es más sencillo, pero no por eso menos importante.
Tómate el tiempo que necesites y coge papel y boli, Excel, bloc de notas, app de notas del móvil; o lo que tengas más a mano.
Pon en la primera línea de tu presupuesto el ingreso total que esperas el próximo mes.
Debajo del ingreso, ve anotando todos los gastos que se te ocurran, uno por cada línea. Los más importantes suelen ser: hipotecas/préstamos, alquileres, suministros (electricidad, internet, tv por cable, agua, gas), transportes, supermercado, ropa, artículos del hogar, gastos de ocio, etc.
Repasa la lista tantas veces como sea necesario, y asegúrate de no olvidar nada.
Después de eso, resta cada gasto de tu presupuesto del ingreso que anotaste al principio.
¿Qué tal? Pueden haber pasado dos cosas:
- Que el resultado sea negativo: en este caso tenemos un problema, no es insalvable, pero necesitas mucho compromiso de tu parte para arreglarlo. Significa que tus gastos superan tus ingresos.
- Si el resultado es positivo, ¡bravo! Estamos en disposición de empezar a generar ahorros de manera recurrente. Compara ahora el resultado con tu objetivo mensual de ahorro.
Si la cifra aún no llega a esa cantidad que necesitas, repásate el post donde hablamos de las 3 claves que te ayudarán a controlar tus finanzas.
Si la cifra resultante del ejercicio, es positiva y además supera tu objetivo mensual de ahorro, quizá te estés preguntando cómo es posible que te cueste tanto llegar a fin de mes. Averígualo en el tercer consejo.
PASO 3: ¡Págate a ti primero!
¿Por qué aunque tus ingresos generalmente sean más amplios que tus gastos, es tan difícil llegar a fin de mes?
¿Te pasa que aunque ingreses más dinero, siempre acabas igual?
Esto suele tener una explicación-solución muy sencilla. Siempre pasan cosas. Y siempre pagas a los demás antes que a ti.
Cuando pongas en marcha tu plan, asegúrate de pagarte a ti primero. Sé el primero o la primera en cobrar. Que tu cuenta de ahorro sea quien primero reciba su parte.
Pon en una hucha, en una cuenta, en un depósito, o debajo del colchón el dinero que te hayas propuesto ahorrar. Siempre, en cuanto recibas tus ingresos, el sueldo, la paga, o lo que recibas, ejecuta la orden de ahorro. Esto es innegociable.
Después, gasta en todo lo demás. Y con lo que quede, sobrevive.
No es tan difícil como parecía. Sólo hay que ponerse un objetivo SMART, tener un buen propósito y mantener cierta rigurosidad con los ingresos y los gastos.
¡Recuerda que debes ser quien primero reciba lo suyo!
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